Ego Contrapunteado: Eric.

Yo, Eric. Ese chico raro, que camina siempre llamando la atención de la gente, por su manera de vestir, por sus grandes cascos con una calavera negra con dos tibias cruzadas debajo de esta del mismo color, por su manera de caminar y sobre todo, por su manera de ser y ver el mundo. Aquel chaval que siempre se sumerge en su mundo para perderse un rato por sus fantasías en las que vuela por el cielo o está tumbado con ella en la playa bajo un manto de estrella y una gigantesca luna centinela y a la vez es tan observador, capaz de ver cosas y detalles que nadie es capaz de fijarse, capaz de ver la bellaza escondida en cada persona, en cada flor en cada gota de agua, capaz de ver cosas fuera de este plano con su ojos de surrealismo. Simplemente así soy yo. Es lo que soy. Un pentagrama de notas contrapuntadas unas de otras, un caos vertiginoso, atroz y luminoso que ama la tranquilidad, el silencio y la oscuridad. Una guerra constante con la paz como objetivo. Yo soy el “Sí” de todos lo intentos fallidos. Soy la victoria del perdedor
Es gracioso. Que la gente me conozca, encuentre en mi alguien especial al que hablar y sentir, que me pidan ayuda, consejos o atención para algún problema o asunto personal, o simplemente tiempo para desahogarse, que me vean capaz de muchas cosas y tenga una fe casi ciega en inquebrantable en mi mientras que a la vez no sea capaz de ayudarme a mi mismo y me ahogue yo mismo en el vaso de agua que son mis problemas comparados con los del mundo. Es gracioso que alguien que sueña con ayudar al mundo, no sea capaz de ayudarse a sí mismo, pero así están las cosas. Viviré con la resignación como sueño y la única motivación de mejorarme a mi mismo, de ser más yo y mejor para los míos. Mi objetivo es la ambición, y el progreso su testigo.
Y es que ser yo, tienes sus luces y sobras. Es como ser agua y aceite a la vez. Verdad y mentira. Soy luz y oscuridad. Soy el contrapunto encarnado. Hay cosas de mí tan inherentes a mí y a la vez tan distantes unas de otras que… Su me paro a pensar, estoy auténticamente loco, pero prefiero ser un loco renegado a un cuerdo arrepentido.

El sendero de la autosuperación es la dirección que un día tomé, la ambición y deseo de conseguir terminarlo es mi motor, los míos son las ganas de terminarlo… Y yo soy el que lo va recorrer. La rendición no es opción. Hay demasiadas ilusiones en juego
En ese preciso instante, delante de vosotros y reflejado en vuestras pupilas, se encontrará y estarás viendo a Eric.
Eric T. Kalunga López
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