PRISIÓN
Mi esperanza, mi ilusión duerme lejana de mi seno. Duerme lejos de mí, de mi calor en una prisión alicatada de azulejos de hielo que le roban la vida, el alma. Azulejos color nácar que absorben las energías y las ganas de vivir, desgastándola y desganándola transformándola en la sombra de su alegría. Adormeciendo su carcajada hasta apagarla, retorcerla y volverla llanto.
Allí donde mis alas llegan está la aquella maldita prisión. Prisión que romperé, el martillo será mi corazón y le escudo mi alma… Recuperaré mi esperanza y mi ilusión. Las despertaré de aquél ataúd cristales en la que yace quejumbrosa de dolor.