viernes, 1 de julio de 2011

Ego Contrapunteado: Eric.

Ego Contrapunteado: Eric.

Llámame Chocolove, Negro, Bro o Co. Llámame ese que… O aquel cuando. Llámame guapo, llámame loco. Llámame como quieras, mientras sepas que soy Eric. Así es como hoy me presento, siendo yo, siendo Eric. Nadie más. Desnudo en alma, sentimientos y pensamientos, presumiendo de mis defectos y avergonzándome de mis virtudes. Por que no es la historia o la aventura la que forma a la persona, es el tipo de persona la que se crea su propia aventura y manera de vivirlas. Ese soy yo, ese chico que nadie se atreve a definir porque no tiene definición y la única válida que tiene suele ser: Es que él es…. Es que él es Eric. No hay más.



Yo, Eric. Ese chico raro, que camina siempre llamando la atención de la gente, por su manera de vestir, por sus grandes cascos con una calavera negra con dos tibias cruzadas debajo de esta del mismo color, por su manera de caminar y sobre todo, por su manera de ser y ver el mundo. Aquel chaval que siempre se sumerge en su mundo para perderse un rato por sus fantasías en las que vuela por el cielo o está tumbado con ella en la playa bajo un manto de estrella y una gigantesca luna centinela y a la vez es tan observador, capaz de ver cosas y detalles que nadie es capaz de fijarse, capaz de ver la bellaza escondida en cada persona, en cada flor en cada gota de agua, capaz de ver cosas fuera de este plano con su ojos de surrealismo. Simplemente así soy yo. Es lo que soy. Un pentagrama de notas contrapuntadas unas de otras, un caos vertiginoso, atroz y luminoso que ama la tranquilidad, el silencio y la oscuridad. Una guerra constante con la paz como objetivo. Yo soy el “Sí” de todos lo intentos fallidos. Soy la victoria del perdedor

Es gracioso. Que la gente me conozca, encuentre en mi alguien especial al que hablar y sentir, que me pidan ayuda, consejos o atención para algún problema o asunto personal, o simplemente tiempo para desahogarse, que me vean capaz de muchas cosas y tenga una fe casi ciega en inquebrantable en mi mientras que  a la vez no sea capaz de ayudarme a mi mismo y me ahogue yo mismo en el vaso de agua que son mis problemas comparados con los del mundo. Es gracioso que alguien que sueña con ayudar al mundo, no sea capaz de ayudarse a sí mismo, pero así están las cosas. Viviré con la resignación como sueño y la única motivación de mejorarme a mi mismo, de ser más yo y mejor para los míos. Mi objetivo es la ambición, y el progreso su testigo.

Y es que ser yo, tienes sus luces y sobras. Es como ser agua y aceite a la vez. Verdad y mentira. Soy luz y oscuridad. Soy el contrapunto encarnado. Hay cosas de mí tan inherentes a mí y a la vez tan distantes unas de otras que… Su me paro a pensar, estoy auténticamente loco, pero prefiero ser un loco renegado a un cuerdo arrepentido.

No creo que haya en Melilla alguien que se haya roto más huesos que yo. Que haya visitado más veces el hospital que yo. Seguramente sea, la persona que conozca con más dificultades haya tenido para relacionarse. Que más mala fama haya tenido. Más errores ha cometido. Y que más dificultades haya encontrado respecto a sus rivales y compañeros. Pero también soy, el que más se ha reído en los pasillos del hospital. Haciéndose preguntase a los médicos si estoy ahí por fiebre o enfermedad mental. Soy una de las personas más populares de mi ciudad y de mis grupos cercanos por haber superado esa dificultad para darme a conoce a la gente. Soy el que más gente ha sorprendido mostrando mi forma de ser y pensar derrotando un ideal equivocado de mí. Soy el que más orgulloso está de sus aciertos. Y también soy el que más barreras a superado para alcanzar el nivel en el que estoy.

El sendero de la autosuperación es la dirección que un día tomé, la ambición y deseo de conseguir terminarlo es mi motor, los míos son las ganas de terminarlo… Y yo soy el que lo va recorrer. La rendición no es opción. Hay demasiadas ilusiones en juego

 Sí, yo, yo y después yo, esto puede ser puro ego, que esto se me haya subido a la cabeza ¿Por qué no? A lo mejor es que, me he vuelto loco, y quiero que sepáis lo bueno que soy, lo magnífico que voy a llegar a ser… Pero, no, no es así, lo único que quiero es que, no veáis todas estas cosas. Que no miréis y tengáis encuentra mis logros y derrotas que son muchas y variadas, y debo añadir que más de lo segundo. Lo que quiero, es que no veáis eso y que os fijéis en lo que de verdad veis y soy. Porque en el momento que me tengáis delante y me veáis, no habrá un saco de huesos rotos, no habrá un perdedor, no estará el mejor tío del mundo, no estará un campeón.

En ese preciso instante, delante de vosotros y reflejado en vuestras pupilas, se encontrará y  estarás viendo a Eric.















Eric T. Kalunga López